domingo, 4 de junio de 2006

El fin de la cultura helénica


En el Asclepius, texto del Corpus Hermeticum escrito en los primeros siglos de nuestra era, ya se vaticinaba:

"Un tiempo vendrá en que se vea que los Egipcios han honrado en vano a los dioses con espíritu piadoso y religión perseverante: la pureza de la veneración se verá frustrada y su provecho inútil. Los dioses dejarán la Tierra y volverán al Cielo, abandonarán Egipto, patria que fue domicilio de venerables liturgias, y vendrá a ser una Viuda, privada de la presencia de los númenes. Extrañas gentes habrán de invadir esta región y patria, y serán los que, a más de despreciar la religión, de forma más insufrible aún habrán de estatuir, con pretendidas leyes y castigos de penas específicas, que la gente se aparte de la religión, de la piedad y del culto divino. Entonces esta santísima tierra, patria de santuarios y templos, se verá sembrada de tumbas y cadáveres. ¡Ay Egipto, Egipto, de tus cultos nada quedará sino leyendas fabulosas que ni tus propios hijos creerán, y solas sobrevivirán, grabadas en la piedra, las palabras que narran tus gestas piadosas, y el Escita o el Hindú vendrá a habitar Egipto, o algún otro extranjero de tus alrededores!"

Efectivamente, en el siglo V, con la destrucción de la Biblioteca de Alejandría y la persecución por parte de los cristianos de los sabios, filósofos y alquimistas paganos, se cumplió la profecía.

El químico e historiador de la química y la alquimia, Marcelin Berthelot, en su "Los Orígenes de la Alquimia", de 1885, escribió:
"Escenas espantosas señalaron en Egipto el fin de la civilización helénica y el triunfo del cristianismo. Se puede leer, en las publicaciones de Révillot la biografía de esos monjes profetas, tales como Senuti sublevando por todas partes a los pobres contra los ricos, maltratando a los magistrados enviados para restablecer el orden, destruyendo los diques del Nilo con el fin de anegar las tierras de sus enemigos, masacrando y quemando a los sacerdotes, a los filósofos, a los principales ciudadanos de las villas, en medio de las ruinas de sus casas y de sus templos incendiados. "Tú has roto los dientes de los pecadores... el Señor os ha destruido porque le habéis irritado", exclama el fanático después de su triunfo. He aquí como acabó la cultura griega de Panópolis, uno de sus mejores y más importantes centros. El principal baluarte de los helenos, el poeta Nonnus según Revillou, fue quemado vivo con sus riquezas. Tras el pillaje, los cristianos ocuparon las casas de los que habían caído"

Puedes leer el artículo de Berthelot picando aquí

He publicado ese artículo como parte de la historia de la alquimia, pero también para recordar la siempre presente amenaza de los profetas de la acción y su visceral repudio de los libros, del pensamiento y de la pluralidad de opiniones.

Un saludo
Enrique