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viernes, 2 de septiembre de 2011

Heidegger: Pensamiento y verdad


A partir del martes 6 de septiembre, nuevo curso sobre Heidegger: Pensamiento y Verdad

El gran psicólogo Wolfgang Giegerich ha escrito con agudeza:

“En esta era es precisamente la psicología la que tiene la tarea de proporcionar un asilo para una presencia real de la noción de verdad. Todo lo demás parece haber abandonado la verdad: las ciencias por supuesto y por definición, pero también la teología, la psicología personalista, el esoterismo New Age, el posmodernismo, el fundamentalismo, incluso el arte y la filosofía, cada uno de modos y aspectos muy diferentes. Debido a que en nuestro mundo se siente dolorosamente la desintegración de todos los valores y la disminución de cohesión social, parece no haber mejor respuesta a esta desintegración que hacer una de dos: 1) o bien refugiarse en posiciones fundamentalistas reaccionarias, sosteniendo estos o aquéllos dogmas muertos cuya previa verdad viviente se sustituye con el propio fanatismo subjetivo, o 2) se intenta revitalizar la disciplina filosófica de la ética, y crear todo tipo de nuevos institutos para la investigación ética, sin advertir que la ética no sirve de nada si no está respaldada y autorizada por una respuesta real a la cuestión de la verdad. Pero esta era no quiere la verdad. Aparte de la ganancia rápida, quiere una avalancha de información, imágenes, estímulos, sentimientos, acontecimientos y por supuesto procesos automatizados. Nuestra era disfruta “deconstruyendo” sistemáticamente toda nuestra tradición metafísica (“logocéntrica”) y nuestra herencia cultural a medida que se desplaza felizmente hacia la “realidad virtual”, que es una realidad que está absolutamente vallada, porque es absolutamente libre de toda verdad.”
(W. Giegerich, La Vida Lógica del Alma)

Alma y verdad son correlativos. Para nosotros esto significa que ser en el alma o lograr percibir psicológicamente equivale a caminar sobre la alfombra de la verdad (Hölderlin) o a “bañarse” en el elemento llamado Verdad como en el tan buscado elixir de la vida de los alquimistas, el aqua permanens”

No basta con tener, abrigar y trabajar con ideas e imágenes. La cuestión de la verdad no es académica. No tiene nada que ver con dogmas y doctrinas (que son defensas contra la verdad, instituciones que pretender volver innecesario el avance hacia lo salvaje); no tiene nada que ver con la llamada “verdad” de las proposiciones. Debe descartarse toda la idea de “la verdad de” los contenidos de conciencia. La verdad en nuestro contexto no es nada positivo, ni siquiera algo como las llamadas “verdades eternas” (que de hecho son las antiguas verdades congeladas de estadios previos del mundo). La verdad es negativamente una forma de ser-en-el-mundo, un estado de la existencia. No es nada que tenga que ser “aceptado” o sobre lo que pueda “dudarse”. Al sentir que tenemos que aceptar (estar de acuerdo) o que podemos dudar, obviamente estamos dentro del espacio vallado de la esfera domesticada, y seguimos preocupados todavía con “contenidos” positivos.

Esquivar la cuestión de la verdad es una defensa, un intento de permanecer a distancia del alma, de quedarse fuera de lo implacablemente salvaje, y de limitarse en cambio a un mero imaginar cosas y contemplar todo el alcance del pandemonio politeísta de imágenes. Ciertamente este tipo de contemplación puede evaluarse como una especie de atisbar y espiar el reino de la “pre-existencia”, pero sólo desde el lado seguro del país del ego. Entonces la psicología se une a la corriente dominante de nuestra civilización que se encamina al ciberespacio y al mundo de multimedia. Pero probablemente el alma no nos dejará huir de esa manera. Si no estamos dispuestos a pagar todo el precio que nos exige respondiendo por la verdad de nuestro imaginar, elevándolo así al nivel del conocimiento y de la Noción, la realidad nos exigirá poderosamente un precio mucho más caro. Nos enseñará -y ya está enseñándonos- cuál es el precio por eliminar la cuestión de la verdad.

La verdad es el punto donde somos llamados a dar un paso adelante y alistarnos -en pro de la profundidad de cada situación real particular en la que nos hallemos, en pro del alma, en pro de la imagen en la que se manifiesta el alma. Cada situación real, cada sueño, cada imagen, viene con la invitación a que le digamos “¡Esto es!”, “hic Rhodus, hic salta”. “¡Esto es!” implica una doble presencia; 1. “Estoy aquí”, reportándome para el servicio, por así decirlo, e poniéndome incondicionalmente en juego. 2. Esta situación en la que estoy tiene, a pesar de como sea, todo lo que necesita (y así también el potencial de su realización) dentro de sí misma. Aquí y ahora, en esta vida mía, en este mundo, ha de estar el sitio de último cumplimiento. Este presente real mío es mi único camino real de entrada a mi paraíso y mi infierno. No hay alternativas, no hay salida. Es esta la actitud que abre lo salvaje para mí y me abre a mí hacia “el hombre total” y para el encuentro con la Verdad como esencia interior de lo salvaje”

Ciertamente, el tema de la verdad parece estar prohibido en nuestra cultura y en nuestro tiempo, a pesar de ser uno de los temas esenciales del pensamiento occidental. Los grandes filósofos se han topado con este tema y lo han afrontado, siendo el último de ellos Martín Heidegger, cuya obra es una reflexión sobre el pensamiento, la verdad, el lenguaje y el ser.

El objetivo del curso es ayudar a entender lo que significa “verdad” cuando se ponen en cuestión los presupuestos del sentido común y se vuelve a descubrir el significado de la verdad (que determina también la no-verdad) como un hacer-verdad y no sólo un "decir".

El curso consistirá en la lectura y comentario de textos escogidos de Heidegger, especialmente:

De la esencia de la verdad (Herder, Barcerlona, 2007)

La doctrina platónica de la verdad (artículo incluido en HITOS, Alianza, Madrid, 2007)

De la esencia de la verdad (artículo incluido en HITOS, Alianza, Madrid, 2007)

De la esencia del fundamento (artículo incluido en HITOS, Alianza, Madrid, 2007)

Problemas fundamentales de la filosofía (ed. Comares, Granada)

Serenidad (ed. del Serbal, Barcelona, 2002)

Del camino al habla (ed. del Serbal, Barcelona, 2002)

La pregunta por la técnica (incluido en Conferencias y Artículos, ed. del Serbal, Barcelona, 2001)

Ciencia y meditación (incluido en Conferencias y Artículos, ed. del Serbal, Barcelona, 2001)

¿Qué quiere decir pensar? (incluido en Conferencias y Artículos, ed. del Serbal, Barcelona, 2001)

Logos. Heráclito, fragmento 5. (incluido en Conferencias y Artículos, ed. del Serbal, Barcelona, 2001)

Aletheia. Heráclito, fragmento 16 (incluido en Conferencias y Artículos, ed. del Serbal, Barcelona, 2001)

¿Qué significa pensar? (ed. Nova, Buenos Aires, 1958)

Como referencia bibliográfica general, es imprescindible la página de Horacio Potel, que incluye muchos de los textos escogidos para este curso:

Heidegger en castellano



viernes, 5 de marzo de 2010

La importancia de pensar adecuadamente (pensamiento dialéctico y pensamiento calculador)


En la Introducción que David L. Miller escribió a “Dialectics & Analytical Psychology. The El Capitan Canyon Seminar”, hace notar la dificultad que entraña, para el entendimiento usual, la comprensión de aquello a lo que Giegerich apunta con la idea de “la vida lógica del alma”. La expresión “lógica”, así como “pensamiento” suelen comprenderse como un proceso opuesto a “sentimiento”, a “intensidad, y se asocia en cambio a desapasionamiento, mecanicidad, “cerebralidad”. Nada más alejado de lo que Wolfgang Giegerich sostiene en su obra. Así, Miller escribe acertadamente:

“...no es cosa fácil pensar psicológicamente acerca del “intelecto” y del “pensamiento”. Mi propia experiencia... en cuarenta años de educación de graduados, es que parece haber no sólo un anti-intelectualismo americano que rige en la consciencia cultural contemporánea (ver Richard Hofstadter, Anti-intellectualism in American Life) y, seguramente, no sólo en los Estados Unidos, sino también una perspectiva que cree que pensar es mover contadores (ideas) intencionadamente en el cerebro, una especie de pseudo-racionalismo cartesiano y de intelectualismo unilateral. Claramente no es de ésto de lo que habla Giegerich, y es uno de los obstáculos que he encontrado en el intento de enseñar la obra de Giegerich. El pensamiento necesita ser pensado y, en efecto, una tercera cualidad notable del seminario de El Capitan fue su intento de pensar el pensamiento diferentemente, es decir, psicológicamente. La clave para este intento fue un entendimiento de la naturaleza del pensamiento dialéctico (respecto al cual había algún malentendido inicial por parte de los participantes del seminario), y la importancia de lo negativo (respecto a lo cual había un poco de resistencia)

Sentí por primera vez esta dificultad en entender el pensamiento de Giegerich sobre el pensamiento y la lógica durante un seminario on-line patrocinado por el sitio web C. G. Jung (www.cgjungpage.org) en octubre de 1998. El último día de ese ciber-seminario posteé una pregunta a Giegerich, diciendo que creía que sus interlocutores malinterpretaban su idea de pensamiento, y que estaban criticando una posición que él no sostenía. Esto es, demonizaban al pensamiento, tomándolo por lo opuesto del sentimiento (logos contra eros), y luego se preguntaban por qué Giegerich lo privilegiaba en el trabajo psicológico. Le pedí que aclarara lo que entendía por la vida lógica del alma, en la cual pensar es crucial para la transformación psicológica.

Mi pedido llegó tarde en el seminario, justo antes de que se cerrara, y la respuesta de Giegerich fue necesariamente corta debido a las limitaciones de la discusión on-line. Al día siguiente, en un correo electrónico privado, intenté aclarar lo que yo veía como el malentendido por parte de los participantes del seminario. Giegerich en su libro "La Vida Lógica del Alma”, había mencionado una obra de Martín Heidegger, Aus der Erfahrung des Denkens (A partir de la experiencia del pensar), así como también invocará el lenguaje de Heidegger (der Schritt zurück) en el volumen actual al hacer un apunte sobre la naturaleza de la dialéctica hegeliana. En mi nota a Giegerich le recordaba la distinción que Heidegger hace en otro libro, Gelassenheit (Serenidad), entre das rechnende Denken y das besinnliche Nachdenken, que el traductor inglés de esta obra traduce como “pensamiento calculador” y “pensamiento meditativo”. Las traducciones no transmiten realmente la fuerza del lenguaje de Heidegger. “Calculador” no es inadecuado para rechnende, puesto que rechnen significa “calcular, computar, contar, contabilizar ” y der Rechner es el término actual en alemán para un “calculador”, una “computadora”, un ordenador. Pero “meditativo” sobredetermina besinnlich en la dirección de la sensibilidad espiritual romántica. El adjetivo alemán usualmente significa “contemplativo” o “que da qué pensar”, y en ninguna parte de la traducción al inglés hay una indicación de que en un caso se usa Denken y en el otro el término empleado es Nachdenken. Esta última palabra significa más que pensar. Indica cogitar o rumiar o pensar acerca de, o reflexionar, es decir: indica un proceso y una actividad. Mi intuición fue que los compañeros de conversación de Giegerich en el ciber-seminario creían que quería decir das rechnende Denken- lo que mi abuela en Virginia solía querer decir cuando exclamaba, "Bueno, yo calculo que...”. Me había parecido que cuando Giegerich hablaba acerca de “pensamiento” o “lógica” lo que de hecho tenía en mente era más como das besinnlich Nachdenken de Heidegger. Giegerich me respondió que yo estaba en lo cierto acerca al respecto, e indicó que con este malentendido podía ver porqué sus interrogadores eran críticos acerca de su énfasis psicológico en el “pensamiento”.
Empero, Giegerich tuvo pensamientos ulteriores (un
Nach-denken o idea tardía) dos años más tarde. El 23 de febrero de 2000, me escribió lo siguiente:

“esta distinción de Heidegger me resulta un poco problemática. (a) Divide, estableciendo un tipo privilegiado de pensamiento (una especie de versión dominical) donde en mi opinión no debiera haber un diastema y (b) usa esta distinción para condenar (injustamente) la metafísica clásica, a la que coloca al lado de das rechnende Denken, una retroyección de nuestro problema moderno al pasado. Para mí el pensamiento es uno, y si se le presiona lo suficiente más allá de la versión pragmática inicial, deviene dialéctico”.

La cuestión es, en parte, que contabilizar, contar, computar, y calcular son parte importante del pensamiento. Uno podría pensarlos como el aspecto instrumental del pensamiento pero, por supuesto, pensar que ello es todo el pensamiento es en sí irreflexivo.
Menciono este antiguo intercambio a fin de introducir la discusión de “dialéctica” que sigue en este libro, es decir, a fin de mostrar que el pensamiento psicológico sobre el pensamiento no es simple. Por ejemplo, pensar -en el caso en que se hablará en el seminario de El Capitan- no es una función psicológica. Es decir, no es una de las funciones ectopsíquicas de Jung junto con sentir, percibir e intuir, y por tanto no es algo hecho, o bien, hecho sólo por los llamado "tipos reflexivos”. Más bien cualquiera, sin tomar en cuenta la tipología, es un pensador en el sentido que Aristóteles pudo haber querido decir al llamar al ser humano un
animal rationale. Ciertamente, el pensamiento es inconsciente en la mayoría de la gente la mayoría del tiempo. Es pensamiento implícito. Pero no es no-pensamiento. El pensamiento tampoco debe pensarse como meramente lógica formal y abstracta, ni es un mero razonar discursivo o el empleo literal del intelecto. Más bien es concreto, un movimiento real del alma. Pensar significa haber sido alcanzado o reclamado por una idea. Heidegger, en el trabajo que Giegerich cita en La Vida Lógica del Alma, dice: “Nunca llegamos a la ideas. Ellas vienen a nosotros”.
El problema entonces es el pensamiento inconsciente y lo que Heidegger llama
die Flucht von dem Denken, la “huida ante el pensamiento”. La psicología hoy, también, ha sido carente de ideas y ha participado en esta “huida”. Psicológicamente esta huida indica un miedo inconsciente (lo que Freud llamaba Gendankenschreck, “miedo de pensar”), aún de la psicología misma. Con seguridad es una defensa precisamente contra lo que en este libro se llamará dialéctica, en la cual uno puede descubrir (hacer consciente) no sólo una lógica y un pensamiento, sino también y a la vez, la realidad de la negación de ese pensamiento, no como cosa positiva, sino como negativo-positivo, que también en el proceso de pensar o en el curso del tiempo necesitará ser negado (la negación de la negación). Psicológicamente este proceso de pensamiento dialéctico puede transformar las fijaciones del ego, mostrando que son momentos dentro de sí-mismo (Self), que es uno y fuera del cual no hay nada (Ver Giegerich: ¿Es profunda el alma?). Esta es una psicología radical e implica que pensar sobre el pensar puede resultar en vida psicológica, esto es, apasionada (soulful: animada, con pasión).
Hay un antiguo origen para esta visión. Por ejemplo, está representada en el epígrafe con que comienza esta Introducción. En el siglo III d. C, Plotino enseñó a sus alumnos que la mente (
nous) , según dice, “desborda -bulle- de vida” (Plotino, Enéadas). Pensar hace más vivaz la vida. Plotino podría haberlo tomado de Aristóteles (De Anima). Aristóteles dice que las ideas presocráticas sobre el alma y la vida seguían sus etimologías y así la gente pensaba que el alma es “caliente”. Esta idea sólo tiene sentido cuando se advierte que el texto griego de Plotino contiene un retruécano. El texto griego de Plotino dice: hyperzeousan zoé, “bullendo con vida”.Zóe, vida,y zein, “hervir” (bullir) son homófonos. ¡La vida es caliente! Plotino no habla de la vida del ego o de la sensibilidad del ego, sino de la vida y el alma de sí mismo (Self). Vivir en sí mismo (Self) es ser vivaz (hervir, bullir). Y para Plotino esta ebullición desbordante (hyperzeousan) se produce por una cualidad de vida que es contemplativa y reflexiva. Seguramente es por esto que Plotino también diría: “Los hombres, también, cuando el poder de contemplación (theorein, 'teorizar') se debilita, se vuelven a la acción, que es una sombra (skian) de contemplación y de razón (theorein kai logos)”, es decir: cuando falta el pensamiento, el alma de la vida está en la sombra de la inconsciencia y difícilmente bulle o se desborda.(Esto no es diferente de la crítica psicológica del “acting out” -actuar compulsivo- como una forma débil de vida psicológica)
La cuestión es que pensar es crucial para realizar la dialéctica del sí mismo
(Self) y su transformación apasionada”


Es en este espíritu que ya he ido publicando artículos en la web del Centro y en este blog, tales como:

La fuerza del pensamiento

Reflexión externa, reflexión inmanente y entendimiento

Hegel, Giegerich y la Psicología

Una vez más, la verdad

Conciencia, autoconciencia y negatividad

así como las continuas referencias a Hegel, a Heidegger o a Nietzsche, entre otros grandes pensadores (Plotino, Husserl, Wittgenstein, etc.)


Es también en este espíritu que a partir de Abril daré un seminario sobre el pensamiento dialéctico, el método hegeliano y la comprensión del alma como vida lógica, como el Mercurio atrapado en la materia de la superficie de los acontecimientos, en la realidad misma. El objetivo de tal seminario es leer detalladamente y psico-lógicamente el Prólogo a La Fenomenología del Espíritu, de Hegel

Iré colgando más información sobre este Seminario tanto en este blog como en la Web del Centro.

miércoles, 1 de julio de 2009

El fin del significado y el nacimiento del hombre (1)


He publicado en la web del Centro la primera parte de este provocativo artículo de Wolfgang Giegerich, “El fin del significado y el nacimiento del hombre: Un Ensayo acerca el Estadio Alcanzado en la Historia de la Conciencia y un Análisis del Proyecto Psicológico de C. G. Jung”, que puede resumirse así:

El "significado" como en "el significado de la vida" no es ("semánticamente") un sistema de creencias, sino que ("sintácticamente") es el sentido de "adentridad" [in-ness]. La comparación de la lógica de la existencia humana con la de los animales, revela que el hombre, a pesar de haber nacido biológicamente, sigue siendo psicológicamente no-nato [unborn], el idioma, el mito, la metafísica, le han servido como un "útero" psicológico alternativo. Con los drásticos cambios en la situación humana a partir del 1800 aproximadamente (el final de la metafísica occidental, la revolución industrial), la anterior adentridad desapareció. Este cambio fundamental puede considerarse como el eventual nacimiento del hombre, expresado astrológicamente en la emergencia de la conciencia, desde el estatus de los "peces en el agua" hasta el de "Acuario", el señor de las aguas. En este sentido, la "pérdida" de significado no debe interpretarse negativamente como una pérdida. La necesidad personal de C. G. Jung de recuperar, pese a todo, un nuevo sentido del significado, requería que se hiciera psicólogo. Sólo a través de la interiorización lógica de los previos contenidos del mito y de la metafísica, sólo a través del desplazamiento del campo de batalla de las cuestiones esenciales desde el mundo público al llamado inconsciente "adentro de" la persona privada, fue posible simular una situación en la que el sentido anterior de significado pudiera volverse verdad una vez más. Esta interiorización es comparable a la devoración de sus hijos recién nacidos por parte de Kronos.

Puede leerse la primera parte íntegra de este artículo, picando aquí.


domingo, 21 de junio de 2009

Supernietzsche: reflexión de Vattimo acerca del nihilismo

“El fin de las grandes metanarraciones, como las llama Lyotard, es decir, de las ideologías globales, totalitarias y al mismo tiempo tranquilizadoras como una paternidad (también la popularidad del Santo Padre es sólo un sucedáneo), ha sido también determinado por un conocimiento del que Nietzsche fue el máximo anunciador: no hay hechos, sólo interpretaciones. 

Lo que, por otro lado y con buenas razones, llamamos lo real, es un juego de interpretaciones que se cruzan y dan lugar a interpretaciones compartidas y estables, no obstante siempre ligadas al subsistir de paradigmas y expectativas comunes. Nuestro mundo real es al que accedemos a través de los medios de comunicación, que son agencias interpretativas ya no revestidas de la sacralidad que las amamantaba en el pasado, cuando la verdad era la que decía el Papa o el emperador, o más recientemente el partido y su comité central. El mundo de Nietzsche es el mundo de la pluralidad de las interpretaciones vueltas explícitas: hoy todos, no sólo los intelectuales, también los no ingenuos, saben que “la TV miente”; o que para entender lo que acontece hay que leer más de un periódico, o recurrir a más fuentes.

La situación que Nietzsche llamó “nihilismo”, es la que ha surgido una vez que “Dios ha muerto”, es decir, cuando se ha descubierto que ya no lo necesitamos, y no lo “soportamos” porque hemos reconocido como mentira ideológica la idea de un fundamento único del que todo depende (y que unas autoridades pretenden conocer mejor que nosotros para imponernos normas y disciplinas). 
En tal situación se puede caer en la desesperación y en el luto porque no nos resignamos a la pérdida del fundamento único, es decir, la autoridad “paterna” que tranquiliza y castiga. Nietzsche llama a ese nihilismo reactivo o negativo. Vemos muchos ejemplos de ello en los retornos a la etnia, a la familia, a las pertenencias “naturales”, desde el racismo hasta los ultras del fútbol. 
La otra vía, la que Nietzsche quiere abrir, tiene un nombre que despertó injustificadas sospechas: Übermensch, “superhombre”. En la sociedad del nihilismo concluido, si uno no se vuelve superhombre, tiene el riesgo de desaparecer, de ya no “ser” (1). O se regresa a las pertenencias míticas y naturales, que sin embargo sólo pueden ser revitalizadas con gestos autoritarios, o se deja de ser “alguien”. Pero superhombre -es la verdad del texto de Nietzsche-, es sólo aquel que, en la Babel de las interpretaciones, es capaz de construirse la suya, asumiendo el riesgo y la responsabilidad. ¿Lo hace sin ninguna atención a los otros, como si su interpretación pudiera y tuviera que ser vivida como la verdad “verdadera”? Esto significaría olvidar que precisamente también la mía es siempre (¿sólo?) una interpretación. 
El verdadero superhombre, escribe Nietzsche en sus apuntes póstumos, es el que no cree en la fuerza, sino que practica una moderación fundamentada en la capacidad de ser irónico incluso consigo mismo. Es difícil pensar que los nazis fueran discípulos de este Nietzsche. Quizás podríamos tratar de serlo nosotros mismos, encontrando por lo menos un poco de esas esperanzas que liquidamos demasiado pronto, junto con los otros mitos de los años sesenta”.  

Este es el final del artículo "Supernietzsche” de Gianni Vattimo, publicado en 2001 en un suplemento de La Jornada, México, y que puede consultarse íntegro en el sitio de Horacio Potel.

Notas
(1) Esto debiera entenderse como ya no ser más que un número, un objeto disponible, previsible y calculable. 

jueves, 23 de abril de 2009

Crítica de Giegerich al proyecto psicológico de C. G. Jung


Clase dada por E. Eskenazi el miércoles 22 de abril 2009 en la Librería Sto. Domingo, en Barcelona

Para escuchar la clase, picar aquí

En esta clase se lee y se comenta parte del artículo de W. Giegerich titulado “El fin del significado y el nacimiento del hombre. Un ensayo sobre el estadio alcanzado en la historia de la consciencia, y un análisis del proyecto psicológico de C. G. Jung”.

jueves, 26 de febrero de 2009

Giegerich: El fin del Significado y el nacimiento del Hombre


Una lección -dada por mí el 25 de febrero en la Librería Sto. Domingo en Barcelona- en la que se afronta la traducción, comentario y discusión de parte del magnífico ensayo de Wolfgang Giegerich,  publicado en el 2006: "El fin del Significado y el nacimiento del Hombre";  para escucharla, basta picar en el siguiente enlace:

jueves, 14 de agosto de 2008

El fin de la filosofía y la tarea del pensar


Acabo de publicar el artículo de Martín Heidegger: “El fin de la filosofía & la tarea del pensar”, en el cual el gran pensador muestra que la técnica, y la asimilación de la ciencia como único modo de conocimiento “verdadero”, equivalen a la consumación y cumplimiento mismos de la metafísica. De este modo no habría opción: o metafísica o ciencia, puesto que la ciencia y, sobre todo, la técnica, consistirían en el fruto último y culminación misma de la metafísica. Frente a la filosofía, entendida como metafísica, Heidegger postula la necesidad del pensar

En este artículo Heidegger escribe una frase que bien podía considerarse el tema y motor fundamental del pensamiento psico-lógico de Wolfgang Giegerich:

Las preguntas son caminos para una respuesta. Esta consistiría -en el caso de que alguna vez se accediera a ella- en una transformación del pensar, no en un enunciado sobre un contenido. (el subrayado es mío)

La transformación del pensar (lo que Giegerich llama “la sintaxis de la lógica del alma”) no es lo mismo que la adición o supresión de los “contenidos” -temas, materias, objetos- del pensamiento (“la semántica”). De ahí que hablar de dioses, de arquetipos o de átomos, no implique ninguna transformación del pensar, sino tan sólo un cambio de un tema a otro, no muy diferente de un tele-espectador que, intocado en su esencia, cambia de un canal a otro, de un programa a otro, permaneciendo sin embargo fuera de y frente a ellos, conservando así intacta la estructura de pensamiento. De ahí también que una transformación del estatus lógico no tiene necesariamente que ver con los temas tratados; es por ello tan frecuente que, como en el caso de la psicología analítica o del esoterismo, se trate (se hable) del misterio de la manera más desvergonzada (con una sintaxis positivista, o metafísica -que según Heidegger serían lo mismo). Un paseo por los tópicos de la psicología analítica: mitos, símbolos, sueños, obra alquímica, gnosticismo, iniciaciones y teofanías, sólo manifiesta la semántica de un pensar que, inadvertidamente, sigue atrapado en una sintaxis técnica, positivista o literal, y por ello mismo estos temas resultan banalizados (desacralizados), sin importar que se le añadan calificativos como “sublime”, “misterioso”, “sagrado”, “trascendente”, etc. Es más, esos calificativos se vuelven necesarios justamente para compensar su ausencia en la manera misma de afrontar tales “contenidos”

Entre otras cosas, en este artículo fundamental, Heidegger escribe:

¿Qué significa la expresión «final de la Filosofía» ? Con demasiada facilidad, entendemos el final de algo en sentido negativo: como el mero cesar, la detención de un proceso, e incluso, como decadencia e incapacidad. La expresión «final de la Filosofía» significa, por el contrario, el acabamiento [Vollendung] de la metafísica. Ahora bien, acabamiento no quiere decir perfección, en cuyo caso la Filosofía, a su término, tendría que haber alcanzado la máxima perfección. Nos falta, no sólo la medida que permita evaluar la perfección de una época de la metafísica con respecto a otra: es que no hay derecho a hacer este tipo de apreciaciones. El pensamiento de Platón no es más perfecto que el de Parménides. La filosofía de Hegel no es más perfecta que la kantiana. Cada época de la Filosofía tiene su propia necesidad. Hemos de reconocer, simplemente, que una filosofía es como es. No nos corresponde a nosotros el preferir una a la otra, lo que sí se puede hacer cuando se trata de diferentes «Weltanschauungen». El antiguo significado de nuestra palabra «Ende» [final] es el mismo que el de «Ort» [lugar]: «von einem Ende zum anderen» significa « de un lugar a otro». El «final» de la Filosofía es el lugar en el que se reúne la totalidad de su historia en su posibilidad límite. «Final», como «acabamiento», se refiere a esa reunión.

El final, como acabamiento, es la reunión en las posibilidades límite. Tendremos una idea muy limitada de ellas, si es que tan sólo esperamos un desarrollo de nuevas filosofías al antiguo estilo. Olvidamos que, ya en la época de la filosofía griega, apareció un rasgo determinante de la Filosofía: la formación de ciencias dentro del horizonte que la Filosofía abría. La formación de las ciencias significa, al mismo tiempo, su emancipación de la Filosofía y el establecimiento de su autosuficiencia. Este suceso pertenece al acabamiento de la Filosofía. Su desarrollo está hoy en pleno auge en todos los ámbitos del ente. Parece la pura y simple desintegración de la Filosofía, cuando es, en realidad, justamente su acabamiento. Baste con señalar la independencia de la Psicología, de la Sociología, de la Antropología como antropología cultural, el papel de la Lógica como Logística y Semántica. La Filosofía se transforma en ciencia empírica del hombre, de todo lo que puede convertirse para él en objeto experimentable de su técnica, gracias a la cual se instala en el mundo, elaborándole según diversas formas de actuar y crear. En todas partes, esto se realiza sobre la base, según el patrón de la explotación científica de cada una de las regiones del ente. No hace falta ser profeta para saber que las ciencias que se van estableciendo, estarán dentro de poco determinadas y dirigidas por la nueva ciencia fundamental, que se llama Cibernética. Ésta corresponde al destino del hombre como ser activo y social, pues es la teoría para dirigir la posible planificación y organización del trabajo humano. La Cibernética transforma el lenguaje en un intercambio de noticias. Las Artes se convierten en instrumentos de información manipulados y manipuladores. El despliegue de la Filosofía en ciencias independientes -aunque cada vez más decididamente relacionadas entre sí- es su legítimo acabamiento.
La Filosofía finaliza en la época actual, y ha encontrado su lugar en la cientificidad de la humanidad que opera en sociedad. Sin embargo, el rasgo fundamental de esa cientificidad es su carácter cibernético, es decir, técnico. Presumiblemente, se pierde la necesidad de preguntarse por la técnica moderna, en la misma medida en que ésta marca y encauza los fenómenos del mundo entero y la posición del hombre en él.

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El final de la Filosofía se muestra como el triunfo de la instalación manipulable de un mundo científico-técnico, y del orden social en consonancia con él. «Final» de la Filosofía quiere decir: comienzo de la civilización mundial fundada en el pensamiento europeo-occidental. Ahora bien, el final de la Filosofía, en el sentido de su despliegue en las ciencias, ¿no significa también la plena realización de todas las posibilidades en las que fue colocado el pensar como filosofía?, ¿o es que, aparte de la última posibilidad mencionada (la desintegración de la Filosofía en las ciencias tecnificadas), hay para el pensamiento una primera posibilidad, de la que tuvo que salir, ciertamente, el pensar como filosofía, pero que, sin embargo, no pudo conocer ni asumir bajo la forma de filosofía?

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La tarea del pensar consistiría, entonces, en el abandono del pensar anterior, para determinar lo que es la «cosa» del pensar.


Puede consultarse el artículo entero picando aquí

sábado, 5 de julio de 2008

Heidegger: La pregunta por la técnica


Acabo de incluir en la web del centro el inquietante artículo de Martin Heidegger, “La pregunta por la técnica” incluído en “Conferencias y Artículos” (ed. del Serbal)

En él, ya a mediados del siglo XX Heidegger afirmaba que la técnica no es lo mismo que la esencia de la técnica.

Con ello insistía en no afrontar la técnica como algo dado por supuesto, como un conjunto de procedimientos y/o de objetos e incluso como un modo de pensar dado de hecho.

Por esto -afirma- nunca experienciaremos nuestra relación para con la esencia de la técnica mientras nos limitemos a representar únicamente lo técnico y a impulsarlo, mientras nos resignemos con lo técnico o lo esquivemos. En todas partes estamos encadenados a la técnica sin que nos podamos librar de ella, tanto si la afirmamos apasionadamente como si la negamos. Sin embargo, cuando del peor modo estamos abandonados a la esencia de la técnica es cuando la consideramos como algo neutral, porque esta representación, a la que hoy se rinde pleitesía de un modo especial, nos hace completamente ciegos para la esencia de la técnica.

Esta resignación o, peor aún, este “esquivar la técnica” no sólo es característico del pensamiento esotérico, de los anhelos más o menos religiosos y místicos que hoy son típicos en nuestra sociedad post-industrial (lo que Giegerich llamaría pensamiento del fin de semana, o más crudamente: Disneylandia), sino -y más lamentablemente- también en una psicología pretendidamente profunda que aún intenta aludir a una psique separada (abstraída) de la historia y relativamente intocada (y virginal) por lo que acaece hoy mismo como una manifestación de un logos implacable.

Mientras los psicólogos analíticos aún se remiten a los cuentos infantiles, los mitos, las sociedades arcaicas, la alquimia, los rituales iniciáticos antiguos, las imágenes simbólicas del pasado y otros aproximaciones históricamente obsoletas, su obstinada inconsciencia de la esencia de la técnica los vuelve implícitos agentes del mismo proceso en el que no piensan, pero desde el que inevitablemente piensan.

Heidegger lo advirtió: La representación corriente de la técnica, según la cual ella es un medio y un hacer del hombre, puede llamarse, por tanto, la definición instrumental y antropológica de la técnica.

También podríamos llamar a esa aproximación corriente, el enfoque literal: el dar la técnica y la ciencia por supuesto como algo que está ahí, y que es producto de los hombres y que depende de ellos y sus decisiones, y que no son otra cosa que un hecho -histórico, cultural, social, económico, etc. En realidad son Algo Distinto.

En su artículo “Ciencia y Meditación” incluído en el mismo libro que el presente ensayo, Heidegger afirma que “al igual que el arte, la ciencia no es únicamente una actividad cultural del hombre. La ciencia es un modo, y además un modo decisivo, como se nos presenta todo lo que es. Por ello debemos decir: la realidad, en el interior de la cual el hombre de hoy se mueve e intenta mantenerse, está codeterminada en sus rasgos esenciales por lo que llamamos la ciencia occidental-europea. Si meditamos acerca de este proceso veremos que, en el ámbito del mundo occidental y en la época de su historia acontecida, la ciencia ha desplegado un poder como hasta ahora nunca se ha podido encontrar en la tierra, y finalmente está extendiendo este poder sobre todo el globo. Ahora bien ¿es la ciencia sólo un artefacto del hombre que se ha elevado a un dominio tal que se podría pensar que algún día, por obra del querer humano, por decisiones de comisiones, pudiera ser demolido de nuevo? ¿O bien prevalece aquí un sino más alto? ¿Domina en la ciencia algo más que un mero querer saber por parte del hombre? Así es en efecto. Prevalece Algo Distinto. Pero esto que es distinto se nos ocultará mientras sigamos atados a las representaciones habituales de la ciencia. Esto Distinto es un estado de cosas que prevalece y atraviesa todas las ciencias y que, sin embargo, permanece oculto a ellas”

Por ello mismo, volviendo a La pregunta por la técnica, Heidegger nota que la representación instrumental de la técnica determina todos los esfuerzos por colocar al hombre en el respecto correcto para con la técnica. Todo está en manejar de un modo adecuado la técnica como medio. Lo que queremos, como se suele decir, es «tener la técnica en nuestras manos». Queremos dominarla. El querer dominarla se hace tanto más urgente cuanto mayor es la amenaza de la técnica de escapar al dominio del hombre.

Pero cuando se piensa en la técnica, cuando se advierte el alma en la técnica, entonces acaece que, como anuncia Heidegger, la técnica no es un mero medio, la técnica es un modo del salir de lo oculto. Si prestamos atención a esto se nos abrirá una región totalmente distinta para la esencia de la técnica. Es la región del desocultamiento, es decir, de la verdad.

Pero la psicología analítica actual ya no se interesa por la verdad, hace tiempo que dejó de buscarla: cerrando los ojos al presente, se vuelve a la infancia de la humanidad, y a la infancia del individuo, a las épocas “arcaicas”, a estadios ancestrales y “arquetípicos”, y se refugia en el limbo de un estado primordial que abandona al mundo y a la historia -y con ello al alma misma- en un estado de inconsciencia, de descuido, de desinterés. Ya no está presente al presente y a lo que en él se presenta, y desconoce lo que se está haciendo -en el sentido de Hillman de “hacer alma”- mediante la ciencia y la tecnología. Es por ello justamente que, como señala Heidegger, la técnica esencia en la región en la que acontece el hacer salir lo oculto y el estado de desocultamiento, donde acontece la aletheia, la verdad.

¿Qué verdad? La única disponible para nosotros que vivimos condicionados por esa misma técnica y reinado de la ciencia que los psicólogos, los místicos, los esotéricos, condenan sin llegar a advertir lo que a través de y por ella y en ella se está manifestando.

Según Heidegger el hacer salir de lo oculto que domina por completo a la técnica moderna tiene el carácter del emplazar, en el sentido de la provocación. Éste acontece así: la energía oculta en la Naturaleza es sacada a la luz, a lo sacado a la luz se lo transforma, lo transformado es almacenado, a lo almacenado a su vez se lo distribuye, y lo distribuido es nuevamente conmutado. Sacar a la luz, transformar, almacenar, distribuir, conmutar son maneras del hacer salir lo oculto. Sin embargo, esto no discurre de un modo simple. Tampoco se pierde en lo indeterminado. El hacer salir lo oculto desoculta para sí mismo sus propias rutas, imbricadas de un modo múltiple, y las desoculta dirigiéndolas. Por su parte, esta misma dirección viene asegurada por doquier. La dirección y el aseguramiento son incluso los rasgos fundamentales del salir a la luz que provoca … En todas partes se solicita que algo esté inmediatamente en el emplazamiento y que esté para ser solicitado para otra solicitación. Lo así solicitado tiene su propio lugar de estancia, su propia plaza. Lo llamamos las existencias. La palabra dice aquí más y algo más esencial que sólo «reserva». La palabra «existencias» alcanza ahora rango de un título. Caracteriza nada menos que el modo como está presente todo lo que es concernido por el hacer salir lo oculto.

Pero, y esto es lo inquietante, lo que hay que pensar: ¿quién lleva a cabo el emplazamiento que provoca y mediante el cual lo que llamamos lo real y efectivo es sacado de lo oculto como existencias? El hombre, evidentemente. ¿En qué medida es éste capaz de tal hacer salir de lo oculto? El hombre, sin duda, puede representar esto o aquello, de este modo o de este otro, puede conformarlo o impulsarlo. Ahora bien, el estado de desocultamiento en el que se muestra o se retira siempre lo real y efectivo no es algo de lo que el hombre disponga.

Añade Heidegger: sólo en la medida en que el hombre, por su parte, está ya provocado a extraer energías naturales puede acontecer este hacer salir lo oculto que solicita y emplaza. Si el hombre está provocado a esto, si se ve solicitado a esto, ¿no pertenecerá entonces también él, y de un modo aún más originario que la Naturaleza, a la categoría de las existencias? El modo de hablar tan corriente de material humano, de activo de enfermos de una clínica habla en favor de esto el estado de desocultamiento mismo, en cuyo interior se despliega el solicitar no es nunca un artefacto del hombre, como tampoco lo es la región que el hombre ya está atravesando cada vez que, como sujeto, se refiere a un objeto.

En otras palabras: la esencia de la técnica no es humana, ni depende del hacer humano, sino más bien cuando el hombre, investigando, contemplando, va al acecho de la Naturaleza como una zona de su representar, está ya bajo la apelación de un modo del hacer salir de lo oculto que lo provoca a abordar a la Naturaleza como un objeto de investigación, hasta que incluso el objeto desaparece en la no-objetualidad de las existencias. Es por ello que Heidegger aclara:
De ese modo, la técnica moderna, como un solicitador sacar de lo oculto, no es ningún mero hacer del hombre. De ahí que incluso a aquel provocar que emplaza al hombre a solicitar lo real como existencias debemos tomarlo tal como se muestra. Aquel provocar coliga al hombre en el solicitar. Esto que coliga concentra al hombre a solicitar lo real y efectivo como existencias.

Esto es justamente lo que hay que pensar y lo que, inevitablemente -aunque también previsiblemente- se escapa a cualquier colocación antropocéntrica, es decir: que siga poniendo el peso de la historia y de las ideas y del ser en el mero arbitrio humano.
Es lo que Giegerich llamará la falacia antropológica: hacer del ser humano -del ego- el sujeto del alma -de lo que se manifiesta en el proceso presente.

Heidegger propone una expresión original: Gestell -traducida usualmente como estructura de emplazamiento- para aludir justamente a aquella interpelación que provoca, que coliga al hombre a solicitar lo que sale de lo oculto como existencias. El mismo Heidegger aclarará que Ge-stell (estructura de emplazamiento) significa lo coligante de aquel emplazar que emplaza al hombre, es decir, que lo provoca a hacer salir de lo oculto lo real y efectivo en el modo de un solicitar en cuanto un solicitar de existencias. Estructura de emplazamiento significa el modo de salir de lo oculto que prevalece en la esencia de la técnica moderna, un modo que él mismo no es nada técnico. A lo técnico, en cambio, pertenece todo lo que conocemos como varillaje, transmisión y chasis, y que forma parte de lo que se llama montaje. Pero esto, junto con las partes integrantes mencionadas, cae en la zona del trabajo técnico, que nunca hace otra cosa que corresponder a la provocación de la estructura de emplazamiento, sin constituirla jamás o, siquiera, tenerla como resultado¿A dónde nos vemos llevados cuando, dando un paso más, reflexionamos ahora sobre lo que es en sí misma la estructura de emplazamiento como tal? No es nada técnico, nada maquinal. Es el modo según el cual lo real y efectivo sale de lo oculto como existencias. De nuevo preguntamos: ¿acontece este salir de lo oculto en algún lugar que estuviera más allá de todo hacer humano? No. Pero tampoco acontece sólo en el hombre ni de un modo decisivo por él.

En este sentido Giegerich es el único psicólogo que atiende justamente a este acaecer de la técnica no sólo como algo de hecho, sino como el ámbito donde el alma se hace históricamente, en el tiempo que nos convoca. Y en este contexto, alma y destino se encuentran nuevamente, por lo que Heidegger puede afirmar: Poner en un camino... a esto, en nuestra lengua, se le llama enviar. A aquel enviar coligante que es lo primero que pone al hombre en un camino del hacer salir lo oculto lo llamamos el sino (lo destinado). Desde aquí se determina la esencia de toda historia acontecida. Ésta no es, ni sólo el objeto de la Historia, ni sólo la cumplimentación del humano hacer. Éste se hace histórico sólo en cuanto destinal (propio del sino).

Es el descuido de este sino el que nos hace aún más esclavos de su inevitabilidad, precisamente por atribuirnos una imaginaria responsabilidad que no permite reconocer lo que se está moviendo, lo que en verdad está acaeciendo.

En términos de Heidegger: La esencia de la técnica moderna descansa en la estructura de emplazamiento. Ésta pertenece al sino del hacer salir lo oculto. Estas proposiciones no dicen lo que se suele oír a menudo, que la técnica es el destino de nuestra época, donde destino significa lo inesquivable de un proceso que no se puede cambiarLa estructura de emplazamiento deforma el resplandecer y el prevalecer de la verdad. El sino que destina a la solicitación es por ello el peligro extremo. Lo peligroso no es la técnica. No hay nada demoníaco en la técnica, lo que hay es el misterio de su esencia. La esencia de la técnica, como un sino del hacer salir lo oculto, es el peligro. El sentido transformado de la palabra Ge-stell (estructura de emplazamiento) se nos hará ahora tal vez algo más familiar, si pensamos el Ge-stell en el sentido de sino y de peligro.

El misterio de la esencia de la técnica es algo que da que pensar. No se trata de un fenómeno sociológico, ni de un “hecho histórico”. Se trata de la inevitable manifestación de un sino, un destino, ante el cual todo intento de “hallar un sentido individual” , una “respuesta personal” no es sino un acto más de instrumentación y de inadvertido sometimiento.

Heidegger va aún mucho más allá, en este artículo, hasta mostrar que no sólo la esencia de la técnica y la estructura de emplazamiento representan el sino y el peligro, sino que -como decía el poeta Hölderlin- sólo donde está el peligro crece también lo que salva. Y Heidegger aclara inmediatamente que «salvar» es: ir a buscar algo y conducirlo a su esencia, con el fin de que así, por primera vez, pueda llevar a esta esencia a su resplandecer propio. Si la esencia de la técnica, la estructura de emplazamiento, es el peligro extremo y si, al mismo tiempo, las palabras de Hölderlin dicen verdad, entonces, el dominio de la estructura de emplazamiento no puede agotarse sólo en la deformación de todo lucir, de todo salir lo oculto, en la deformación de todo resplandecer de la verdad. En este caso lo que tiene que ocurrir más bien es que precisamente la esencia de la técnica sea lo que albergue en sí el crecimiento de lo que salva.

Aún más abajo Heidegger hará notar que si miramos al peligro, descubrimos con la mirada el crecimiento de lo que salva. Con ello todavía no estamos salvados. Pero estamos bajo la interpelación de esperar, al acecho, en la creciente luz de lo que salva. ,Cómo puede acontecer esto? Aquí y ahora, y en lo insignificante, de esta forma: abrigando lo que salva en su crecimiento. Esto implica que en todo momento mantengamos ante la vista el extremo peligro.

Y concluye: Preguntando de este modo damos testimonio de este estado de necesidad: que nosotros, con tanta técnica, aún no experienciamos lo esenciante de la técnica; que nosotros, con tanta estética, ya no conservamos lo esenciante del arte. Sin embargo, cuanto mayor sea la actitud interrogativa con la que nos pongamos a pensar la esencia de la técnica, tanto más misteriosa se hará la esencia del arte.
Cuanto más nos acerquemos al peligro, con mayor claridad empezarán a lucir los caminos que llevan a lo que salva, más intenso será nuestro preguntar. Porque el preguntar es la piedad del pensar.

¿Cómo, en medio de este peligro y este misterio, aún se puede hablar de una falta de misterio en el presente e ir a refugiarse en los misterios -y los dioses- que acaso una vez fueron pero que ya no son?

Puede leerse el artículo íntegro picando aquí

sábado, 21 de junio de 2008

A propósito de Giegerich, la psicología junguiana, los dioses y el alma del mundo


En una clase de noviembre de 2007 de un curso de astrología, surgió el tema de Giegerich y su crítica al “platonismo de la psicología” y a la psicología imaginal de James Hillman.
En esa charla surgieron varios temas que se relacionan con el esoterismo, la situación del mundo contemporáneo, la psicología junguiana, los antiguos dioses y la bomba atómica, etc. El tono de la conferencia es coloquial, como una conversanción en un grupo de amigos y, dada esa circunstancia, no era posible entrar en profundidad en los temas esbozados. Sin embargo el enfoque, el cuestionamiento, las preguntas y la dirección en la cual es posible elaborar una respuesta, no pierden vigencia. Puede escucharse la clase picando aquí

miércoles, 11 de junio de 2008

Mario Satz y la Quintaesencia



La Casa del Canto

La dualidad de la tierra y la trinidad del cielo se aman en el centro

Mario Satz os invita a participar el día sábado 21 de junio del 2008 y en su estudio de Valldoreix, Paseo del Rosal 22, del seminario sobre los cuatro elementos en el que se verá La quintaesencia, el éter del Espíritu. En un ambiente relajado e íntimo se compartirán ideas y sentires. El programa será el siguiente:



La péntada pitagórica, los sentidos y la salud
En el centro de la cruz
El rocío como quintaesencia
La viva luz del yo

Bibliografía:
Dom Pernety: Diccionario mito-hermético, Indigo, Barcelona 1993.
Julius Evola: La tradición hermética, Martínez Roca, Barcelona 1975.
E.J. Holmyard: Alquimia, Redecilla, Barcelona 1961.


El seminario comenzará a las diez de la mañana y durará hasta la seis de la tarde. El precio será de 80 euros por persona y la comida se hará en el restaurante Gran Mundo de Valldoreix. Confirmar la asistencia al 93-590 05 40.

domingo, 6 de abril de 2008

El descubrimiento del inconsciente


Acabo de subir a la web el capítulo 3: “La primera psiquiatría dinámica (1775-1900)” del libro de Henry Ellenberger, “El descubrimiento del inconsciente. Historia y evolución de la psiquiatría dinámica”
Aquí Ellenberger habla del mesmerismo y de los primeros magnetizadores e hipnotizadores como precursores y fundadores de un enfoque dinámico de la psique. Vinculando el concepto de sugestión y auto-sugestión con el renacentista de imaginatio, Ellenberger traza un recorrido panorámico sobre las diversas concepciones dinámicas de la psique, no restringiéndose sólo al ámbito médico sino incluyendo también la literatura del siglo XIX, en especial las obras de Poe, E.T.A. Hoffman, Robert Browning, du Maurier, Maupassant y otros.
Sin reducir la concepción del inconsciente propia de la psicología profunda, Ellenberger muestra así sus antecedentes históricos.

sábado, 5 de enero de 2008

Una conferencia para comenzar el año

En la siguiente clase, perteneciente al curso “La Astrología como Ciencia Oculta según Oscar Adler”, dada en enero del 2007 con ocasión de la lectura de la obra de Adler, se trataron no sólo el tema del neoplatonismo, sino también el tema de la cosmología y la cosmogonía, la mirada ficiniana del hombre como aquél pájaro que cree arrastrarse porque ve su sombra deslizarse sobre el suelo. También se habló de la teología apofática, de Corbin, de Proclo, de la visión de Plotino, y sobre todo de la relación entre lo físico (lo literal), lo psíquico (lo anímico) y lo espiritual (lo lógico), en un anticipo de lo que actualmente Wolfgang Giegerich llama “la vida lógica del alma”, el logos de la psique. A lo largo de la clase hay una reflexión sobre el mundo de la técnica y la globalización económica, comprendida desde la perspectiva de Heidegger, como olvido del ser. Esta lección es así no sólo una clase de astrología, sino ante todo una defensa de la visión psico-lógico por contraposición al enfoque de la psique como cerebro, neurofisiología o, simplemente, biología

La clase puede escucharse picando aquí

miércoles, 3 de octubre de 2007

Fuego en la Piedra: Psicología Alquímica

Acabo de colgar en la web del Centro “Fuego en la Piedra”, los apuntes textuales del Seminario que tuvo lugar los viernes de julio de 2006 y que están disponibles gracias al esfuerzo y la dedicación de Toni Pasqual.

En este curso de cuatro conferencias de dos horas cada una, se tocaron temas tales como la importancia del simbolismo alquímico para la psicología, el proceso de calcinación, la simbólica del azufre, textos de Basilio Valentín, Sendivogius, Artephius, Pontanus, Blaise de Vigènere, Arnau de Vilanova, Morieno y otros alquimistas con respecto al tema del azufre, el fuego alquímico, el fuego de los filósofos, la calcinación, la sal, las cenizas, la relación entre sal y azufre, mercurio y azufre, etc. El enfoque, fiel a la psicología arquetipal de James Hillman, también se remite a textos de Jung y de Bachelard para elaborar la temática de la voluntad, el ardor, la pasión, la furia, el deseo y el poder transmutador de la imaginación.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Mario Satz: El pensamiento alquímico

La casa del canto

Mario Satz os invita a participar el día sábado 27 de octubre de 2007 y en su casa de Valldoreix, Paseo del Rosal 22, del seminario Las claves del pensamiento alquímico. En un ambiente relajado e íntimo compartiremos ideas y sentires. El programa será el siguiente:

Naturaleza y lenguaje de la Alquimia
La Tabla Esmeralda y las correspondencias
Los colores de la obra
Azufre, Mercurio y Sal
Psicología y Alquimia en la obra de C.G.Jung


Bibliografía:
Titus Burckhardt: Alquimia, Plaza & Janés, Barcelona 1971.
Marie-Louise von Franz : Alquimia, Luciérnaga, Barcelona 1980.
CG Jung: Psicología y Alquimia, Santiago Rueda, Buenos Aires 1957.

El seminario comenzará a las diez de la mañana y durará hasta las seis de la tarde. El precio será de 70 euros por persona y la comida se hará en el restaurante chino Gran Mundo de Valldoreix. Confirmar la asistencia al 93-590 05 40.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Nuevo curso a partir de Octubre 2007

A partir del lunes 1 de octubre a las 18:30 hs, todos los lunes a esa hora, tendrá lugar el curso “La astrología como ciencia oculta, según Oscar Adler” en la Librería Sto. Domingo, c/Sto. Domingo del Call nº4, Barcelona

Oscar Adler, autor de La Astrología como Ciencia Oculta (ed. Kier) fue un destacado músico austríaco, profesor de Arnold Schönberg, así como un inspirado astrólogo que fundió la tradición hermética con su peculiar visión romántica de la astrología:
‘El destino de cada ser humano es el juicio cósmico final acerca de su propia historia, del mismo modo en que el destino onrírico es el juicio propio -el juicio que el individuo formula acerca de sí mismo-, su confrontación con su propio pasado. La única manera de dominar el destino es la de amortizar la herencia o el pasado por liquidación de la ‘deuda’, de la obligación. Es esta una de las exigencias más difíciles de cumplir que nos impone la astrología: la exigencia de transformar la constitución que nos es dada por nacimiento y herencia, la exigencia de barrer la escoria del pasado’
(O. ADLER: La Astrología como Ciencia Oculta)

Sus lecciones sobre el simbolismo de las lunaciones, eclipses, planetas y aspectos nunca se tradujeron al castellano, y son las que se leerán y comentarán en este ciclo de conferencias

jueves, 12 de julio de 2007

Una lección de astrología esotérica

Conferencia que di el 8 de enero de 2007, en la Librería Sto. Domingo, a propósito de “La Astrología como Ciencia Oculta” de Oskar Adler.
La lección habla sobre la diferencia entre cosmogonía y cosmología, el esoterismo, astrología esotérica y astrología “exotérica”, la “revelación de lo oculto”, la importancia de los números en astrología, la visión neoplatónica de los diversos “planos de realidad”, el Uno en Plotino y el neoplatonismo, cuerpo-alma-espíritu y la ley triadica de moné, proodos (procesión) y epistrophé (retorno) y otros tópicos afines

Para escuchar la clase, picar aquí

miércoles, 2 de mayo de 2007

Seyyed Hosein Nasr: El problema ecológico a la luz del sufismo

"Si la esfera terrestre ha caído en el peligro del desorden y el caos, es debido precisamente a que durante varios siglos el hombre occidental ha intentado vivir como un ser puramente terrenal, y ha tratado de desgajar su mundo terreno de cualquier otra realidad que lo transcendiera. La profanación de la naturaleza con su pretendida conquista y el desarrollo de una ciencia de la naturaleza puramente secular no hubiera sido posible de otro modo"

Puedes leer este artículo de Seyyed Hosein Nasr picando aquí
(artículo publicado en
WebIslam)

viernes, 2 de marzo de 2007

Henry Corbin: de Heidegger a Sohravardî

He publicado en la web del Centro la traducción de la entrevista llevada a cabo en Radio France en 1976 entre Philippe Nemo y Henry Corbin: "De Heidegger a Sohravardî", en la que el pensador francés explica la evolución de su pensamiento, lo que aprendió de Heidegger (la fenomenología y la hermenéutica) y lo que descubrió en el pensamiento del misticismo islámico.

En la entrevista Corbin afirma, entre otras cosas:

"...lo que comprendemos realmente, no es más que lo experimentado y sufrido por nosotros, lo que nosotros soportamos en nuestro propio ser. La hermenéutica no consiste en deliberar sobre estos conceptos; es esencialmente el desvelamiento de lo que pasa en nosotros, el desvelamiento de lo que nos hace emitir tal concepción, tal visión, tal proyección, cuando nuestra pasión pasa a ser acción, un soportar activo ... Estar-ahí es esencialmente hacer acto de presencia, el acto de esta presencia por la cual y para la cual se desvela el sentido en el presente, esta presencia sin la cual nunca se desvelaría algo así como un sentido en el presente. De este modo, la modalidad de esta presencia humana es reveladora, pero de tal manera que revelando el sentido, es ella misma quien se revela, ella misma la que es revelada. Nuevamente, la concomitancia pasión-acción".
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"Los modos de comprender están esencialmente en función de los modos de ser. Todo cambio en el modo de comprender es concomitante a un cambio en el modo de ser"
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"Yo no podía ni quería ser un “historiador” en el sentido normal y ordinario de la palabra, un sabio que establece la balanza (el juicio) del pasado pero que no se siente en absoluto responsable del mismo, ni tampoco responsable del sentido que le da, mientras que es él sin lugar a dudas quien da a este pasado un sentido u otro y hace funcionar la “causalidad histórica” de acuerdo al sentido que ha decidido. Y es porque para el historiador los hechos han pasado, los acontecimientos forman parte del pasado, mientras que él, el historiador, no estaba allí. Pues desde el punto de vista "científico" conviene que el historiador no esté allí dónde y cuándo pasó. Es necesario incluso que no esté, que no haga nunca “acto de presencia” en este pasado a fin de poder hablar de él con toda “objetividad histórica”. Incluso si prodiga los términos como “pasado vivo”, “presencia del pasado”, esta presencia no es mas que una inofensiva metáfora de su coartada personal. En cambio el fenomenólogo hermeneuta debe siempre estar ahí (da-sein), porque para él nunca hay nada pasado o superado. Efectuando él mismo acto de presencia hace manifestarse lo que está oculto bajo el fenómeno aparente. Este acto de presencia consiste en abrir, en hacer eclosionar el futuro que se oculta en el llamado pretérito pasado. Es verlo por delante del sí mismo y es bien distinto a una metafórica e inofensiva presencia literaria del “pasado vivo”. Pues es al mismo tiempo sentirse “responsable del pasado” para hacerse responsable del futuro".
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"Aquello que los profanos, los exoteristas ven como sentido metafórico, es precisamente lo que los gnósticos ven como el sentido verdadero, y ello porque no degradan nunca el sentido espiritual al rango de una metáfora o de una alegoría. Y lo que el profano toma por el sentido verdadero, como el sentido histórico visible, no es para los gnósticos mas que el sentido metafórico, la metáfora de la Verdadera Realidad".
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"...hay un conocimiento formal, que es el conocimiento corriente; se produce por medio de una re-presentación, de una species, actualizada en el alma. Y hay un conocimiento designado como conocimiento presencial, el cual no pasa por la mediación de una representación, de una species, sino que es presencia inmediata, aquella por la cual el acto mismo de presencia del alma suscita la presencia de las cosas y se le hacen presentes a ella misma, no ya como objetos sino como presencias. Es el conocimiento que se tipifica también como conocimiento “oriental” (‘ilm ishrâqî), que es a la vez el amanecer del Oriente del ser sobre el alma y el amanecer de la iluminación matutina del alma sobre las cosas que revela y se revela a sí misma como com-presencias. Conviene conservar siempre en la palabra Ishrâq (Oriental) su primer significado, el del orto y la elevación del astro por su Oriente. Pero se trata de un oriente que no hay que buscar en los planos geográficos, es la Luz que se alza, Luz anterior a toda cosa revelada, a toda presencia, puesto que ella es la que las revela, la que hace la Presencia".
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"La gente se tranquiliza repitiendo: “la muerte forma parte de la vida”. No es cierto a menos que entendamos la vida solamente en su sentido biológico. Pero la vida biológica deriva ella misma de otra vida, que es su fuente y que es independiente de ella y que es la Vida esencial. En tanto que la decisión-resuelta sigue siendo simplemente ser “libre-para-la-muerte”, la muerte se presentará como una reclusión, no como un exitus. Entonces no se saldrá nunca de este mundo. Ser libre para el más allá de la muerte, es presentir y hacer de ella un exitus, una salida de este mundo hacia otros mundos. Pero son los vivos, no los muertos, los que salen de este mundo"