sábado, 5 de septiembre de 2009

Heidegger, contingencia y pragmatismo


Acabo de publicar en la web del Centro el artículo de Richard Rorty: “Heidegger, contingencia & pragmatismo”, incluido en sus “Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores. Escritos Filosóficos 2”, ed. Paidós.

El agudo análisis de Rorty comienza así:

Una de las características más intrigantes del pensamiento tardío de Heidegger está en su afirmación de que si se parte de los motivos y supuestos de Platón se acaba en alguna forma de pragmatismo. Creo que esta tesis, si se interpreta adecuadamente, es correcta. Pero, al contrario que Heidegger, yo creo que el pragmatismo es un buen lugar para concluir. En este artículo voy a intentar mostrar hasta qué punto un pragmatista puede seguir a Heidegger, y a continuación intentar ubicar el punto de ruptura.
Una interpretación adecuada de la afirmación de Heidegger exige definir el platonismo como la tesis de que el objeto de la investigación es entrar en contacto con algo como el Ser, el Bien, la Verdad o la Realidad -en definitiva, algo grande y poderoso que tenemos obligación de aprehender correctamente. Por contrapartida, el pragmatismo debe definirse como la afirmación de que la función de la investigación es, en palabras de Bacon, «aliviar y beneficiar la situación de los hombres» -hacernos más felices permitiéndonos afrontar con más éxito el entorno físico y la convivencia. Heidegger arguye que si uno comienza por la noción platónica de indagación eventualmente concluirá con la de Bacon.
El relato que cuenta Heidegger sobre la transición de un conjunto de metas al otro se resume en sus «Esbozos para una historia del ser como metafísica», en el segundo volumen de su Nietzsche. A continuación reproduzco uno de estos esbozos, titulado «El Ser» (Das Sein):

Aletheia (apeiron, logos, hen - arche): Que se revela como el orden al comienzo.
Physis, aparición (que se remonta a sí misma).
Idea, perceptibilidad (agathon), causalidad.
Energeia, trabajosidad, ensamblado, en-echeia to telos (entelequia) .
Hypokeimenon, estar presente (de ousia, ergon). (presencia - estabilidad - constancia - aei).
Hyparchein, presenciar que rige de lo que está ya presente.
Subiectum.
Actualitas: seres - lo real - realidad
Creator - ens creatum
causa prima (ens a se).
Certitudo - res cogitans.
Vis - monas (perceptio - appetitus), exigentia essentiae - appetitus), exigentia essentiae.
Objetividad.
Libertad
voluntad - representación
razón práctica.
Voluntad - como conocimiento absoluto: Hegel.
Como voluntad de amor: Schelling.
Voluntad de poder - Eterna reaparición: Nietzsche.
Acción y organización - pragmatismo.
La voluntad de voluntad.
Maquinación (Enframing).

Esta resumida historia de la filosofía occidental va desde la convicción griega de que el objeto de investigación es la aprehensión de archai, principios, cosas mayores y más poderosas que la existencia humana cotidiana, a la convicción norteamericana de que su objeto es el diseño tecnológico, el control de las cosas. Heidegger considera esta lista cronológica de abreviaturas de las «comprensiones del Ser» por parte de los filósofos como una escalera mecánica descendente. Tan pronto te montas en ella no puedes bajar hasta haber alcanzado la base. Si se comienza por Platón se acabará por Nietzsche y, peor aún, por Dewey.


Heidegger afirma que para comprender lo que sucede aquí, en la base de la escalera, en el siglo XX, la época en la que la filosofía ha agotado sus posibilidades, «hemos de liberarnos de la interpretación técnica del pensar». Los comienzos de esa interpretación, afirma, «se remontan a Platón y Aristóteles».Según mi interpretación, la idea aquí formulada es la misma que la de Dewey: que Platón y Aristóteles incorporaron lo que Dewey denominó «la búsqueda de la certeza» en nuestra noción del objeto del pensamiento. Ellos nos enseñaron que, a menos que podamos hacer evidente el objeto de nuestra indagación -conseguir un pensamiento claro y distinto, directamente presente al ojo de la mente, y conseguir el acuerdo sobre el particular por parte de todas las personas cualificadas para ello estaremos lejos de nuestra meta.


Como dice Heidegger, «toda metafísica, incluido su oponente, el positivismo, habla el lenguaje de Platón». Es decir, que desde Platón hemos estado planteándonos esta pregunta: ¿cómo hemos de ser y ha de ser el universo para conseguir el tipo de certeza, claridad y evidencia que Platón nos dijo debíamos tener? Cada etapa de la historia de la metafísica -y en particular el giro cartesiano hacia la subjetividad, del exterior a los objetos interiores de indagación - ha sido un intento por redescribir las cosas a fin de que esta certeza pueda resultar posible. Pero tras muchos arranques y comienzos, ha resultado que la única cosa de la que podemos estar seguros es de qué queremos. La única cosa realmente evidente para nosotros son nuestros propios deseos.
Esto significa que la única forma en que podemos seguir la empresa de Platón es volvernos pragmatistas -identificar el sentido de la vida con obtener lo que se desea, con imponer nuestra voluntad. La única cosmología que podemos afirmar con certeza nos recomendó Platón es nuestra propia cosmovisión (comunitaria o individual), nuestra forma de disponer las cosas para su manipulación, la forma que dictan nuestros deseos. Como dice Heidegger:

Comprendida esencialmente, la cosmovisión no significa una imagen del mundo sino el mundo concebido y captado como imagen. Lo que es, en su totalidad, se concibe ahora de tal modo que ante todo es en el ser y sólo es en el ser en la medida en que es configurado por el hombre, que es quien representa y propone.

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(continúa)


Para leer el artículo íntegro, picar en este enlace