En un tiempo en que se vuelven usuales frases tan penosas como "el alma está en el cerebro" o "el cerebro piensa", "el cerebro imagina", etc., es decir, en un tiempo de rampante materialismo, siempre es refrescante y liberador regresar a Plotino, que ponía el alma en el centro de sus meditaciones, y que sabía que "nuestra patria" es una dimensión diversa de células, terminales nerviosas, átomos y otras fantasías literalizadas.
Así, en su tratado "Sobre el bien y la belleza", escribía:
"Pues bien, la patria nuestra es aquella de la que partimos, y nuestro Padre está allá.
—¿Y qué viaje es ése? ¿Qué huida es ésa?
—No hay que realizarla a pie: los pies nos llevan siempre de una tierra a otra. Tampoco debes aprestarte un carruaje de caballos o una embarcación, sino que debes prescindir de todos esos medios y no poner la mirada en ellos, antes bien, como cerrando los ojos, debes trocar esta vista por otra y despertar la que todos tienen pero pocos usan.
—¿Y qué es lo que ve aquella vista interior?
—Recién despierta, no puede mirar del todo las cosas brillantes. Hay que acostumbrar, pues, al alma a mirar por sí misma"
"Pues bien, la patria nuestra es aquella de la que partimos, y nuestro Padre está allá.
—¿Y qué viaje es ése? ¿Qué huida es ésa?
—No hay que realizarla a pie: los pies nos llevan siempre de una tierra a otra. Tampoco debes aprestarte un carruaje de caballos o una embarcación, sino que debes prescindir de todos esos medios y no poner la mirada en ellos, antes bien, como cerrando los ojos, debes trocar esta vista por otra y despertar la que todos tienen pero pocos usan.
—¿Y qué es lo que ve aquella vista interior?
—Recién despierta, no puede mirar del todo las cosas brillantes. Hay que acostumbrar, pues, al alma a mirar por sí misma"
Un saludo
Enrique