
Curtis muestra cómo este concepto de libertad "negativa" fue también aceptado para defender una sociedad de libre mercado y cómo fue a su vez "positivizado" para justificar la defensa de regímenes dictatoriales, la manipulación de la información y la imposición de una libertad que cercena la posibilidad creativa de los seres humanos y los reduce a seres manejables y conformes con la gratificación de sus deseos egoístas.
Este último capítulo, dividido en tres partes, y en su versión original en inglés, puede verse aquí