Acabo de publicar la carta que Marsilio Ficino escribió a Lorenzo de'Medici, "El tiempo debiera emplearse parcamente", inaugurando así una sección dedicada a las cartas del eminente pensador renacentista.
En esta carta Marsilio escribe:
"Creeme, no es sabio decir “viviré”; mañana es demasiado tarde para vivir; vive hoy. Lo que pido, Lorenzo, es fácil. Pasar una hora rectamente y con utilidad no es difícil; usa bien, te ruego, una hora cada día para alimentar la mente en estudios liberales, y ese poquito tiempo vívelo provechosamente para tí mismo. Pues el resto, si deseas, vívelo para otros. Como sabes, con frecuencias deberías vivir para otros si deseas vivir para tí mismo. Pero haz ambas cosas, por amor de Dios... Mas no me hagas más promesas para mañana; prometiendo lo que no tienes ni sabes si tendrás. Si sólo comieras o bebieras mañana, mi amigo, ¿no estarías muerto en tres días? Deja que este mañana muera hoy, déjalo morir de una vez, no sea que tú mismo mueras; nada es más falso que este mañana, que ha engañado a todos los hombres que la tierra ha engendrado..."
También he publicado una carta de Ficino sobre la música, en la que dice:
"Sucede que el alma y el cuerpo están mutuamente en armonía por cierta propiedad natural y, a su vez, lo están las partes del alma entre sí, y también el cuerpo en sus partes. Estas consonancias parecen reproducirla incluso los ciclos armónicos de las fiebres y de los humores, y el movimiento del propio pulso. La consonancia de las partes del alma, como Platón y Aristóteles indican y nosotros hemos experimentado con frecuencia, la conserva y devuelve la música noble; pero el concierto de las partes corporales, la medicina. Así pues, si concuerdan entre sí, como hemos dicho, alma y cuerpo, puede ser fácil el concierto de las partes del alma misma, e incluso puede cultivarse el de las del cuerpo"