Acabo de incluir en la web del Centro una amplia sección de la Introducción a Heidegger, de Gianni Vattimo: la dedicada a Ser y Tiempo.
Indudablemente Ser y Tiempo de Martin Heidegger es una de las obras claves que determinan el curso de toda la filosofía del siglo XX así como sus decursos ulteriores, y ha impulsado decisivamente lo que se ha llamado “el fin de la metafísica” y, con ello, el advenimiento del “post modernismo” (aunque seguramente a Heidegger, y con razón, le disgustaría este encasillamiento).
El impacto de Heidegger ha sido (y sigue siendo) enorme en áreas tan diversas como la crítica cultural, la psicología, la comprensión de la ciencia y la tecnología, el estudio del lenguaje, el estudio de la historia, entre muchas otras más. El artículo de Vattimo tene la ventaja de exponer en términos más bien accesibles las ideas fundamentales contenidas en Ser y Tiempo: la ex-istencia como posibilidad y proyecto, el Dasein y su constitución existencial, el ser-en-el-mundo, la mundanidad del mundo, el estar-a-la-mano, el ser como presencia y la historicidad del ser, temporalidad y anticipación, etc.
Estas ideas son imprescindibles para comprender no sólo el pensamiento del siglo XX, sino incluso para acercarse a una crítica a la psicología como “ciencia del fenómeno psíquico” -una crítica que llega a su mejor expresión en la psicología de Giegerich-- Y esto como parte de una crítica a todo conocimiento "instrumentalizador" (dentro del cual se incluye lo que hoy pasa mayormente como psicología, comprendida también la “psicología profunda”, la “psicología analítica” e incluso la “psicología imaginal”, por no hablar ya de variantes positivistas como la neuro-psicología, ni de diversas “terapias” y procedimientos basados en la manipulación, como las Constelaciones Familiares y demás). Ciertamente una psicología que da por supuesto lo que sea el alma, lo que sea el hombre y lo que sea “la realidad” , y que no está dispuesta a revisar sus presupuestos, no es más que otro lenguaje al servicio del control y de la manipulación (aún cuando sea con las mejores intenciones), es decir, de la ideología.