Acabo de publicar el poema que Martin Heidegger escribiera en 1947, Desde la experiencia del pensamiento.
Ya en 1938, en su La época de la imagen del mundo Heidegger distinguía entre un pensamiento que “representa”, calcula, computa (“das rechnende Denden”) -el pensamiento de las ciencias, por ejemplo- , y un pensar meditativo, cuestionador, capaz de sorprenderse y demorarse en la cosa del pensar (“das besinnliche Nachdenken”). De ahí que la sonada afirmación heideggeriana de que la ciencia no piensa. En su artículo de 1938 Heidegger escribió:
El hombre sólo llegará a saber lo incalculable o, lo que es lo mismo, sólo llegará a preservarlo en su verdad, a través de un cuestionamiento y configuración creadores basados en la meditación. Ésta traslada al hombre futuro a ese lugar intermedio, a ese Entre, en el que pertenece al ser y, sin embargo, sigue siendo un extraño dentro de lo ente.
En su evocador poema, Heidegger da que pensar cuando afirma:
Demasiado tarde venimos para los dioses y demasiado pronto para el ser
o cuando apunta:
Encaminarse a una estrella, solamente ésto.
Pensar es la concentración sobre un pensamiento
que permanece fijo como una estrella en el cielo del mundo.
También afirma allí que:
Pocos son suficientemente expertos en distinguir
entre un objeto aprendido y una cosa pensada
y con su usual penetración Heidegger confirma que:
No somos nosotros los que vamos tras los pensamientos.
Son ellos los que vienen a nosotros.
Se puede leer el poema entero picando aquí
Ya en 1938, en su La época de la imagen del mundo Heidegger distinguía entre un pensamiento que “representa”, calcula, computa (“das rechnende Denden”) -el pensamiento de las ciencias, por ejemplo- , y un pensar meditativo, cuestionador, capaz de sorprenderse y demorarse en la cosa del pensar (“das besinnliche Nachdenken”). De ahí que la sonada afirmación heideggeriana de que la ciencia no piensa. En su artículo de 1938 Heidegger escribió:
El hombre sólo llegará a saber lo incalculable o, lo que es lo mismo, sólo llegará a preservarlo en su verdad, a través de un cuestionamiento y configuración creadores basados en la meditación. Ésta traslada al hombre futuro a ese lugar intermedio, a ese Entre, en el que pertenece al ser y, sin embargo, sigue siendo un extraño dentro de lo ente.
En su evocador poema, Heidegger da que pensar cuando afirma:
Demasiado tarde venimos para los dioses y demasiado pronto para el ser
o cuando apunta:
Encaminarse a una estrella, solamente ésto.
Pensar es la concentración sobre un pensamiento
que permanece fijo como una estrella en el cielo del mundo.
También afirma allí que:
Pocos son suficientemente expertos en distinguir
entre un objeto aprendido y una cosa pensada
y con su usual penetración Heidegger confirma que:
No somos nosotros los que vamos tras los pensamientos.
Son ellos los que vienen a nosotros.
Se puede leer el poema entero picando aquí